22 de octubre de 2008

Baptisterio San Giovanni Firenze



Siguiendo con la corriente oriental y el mosaico, nos vamos a Firenze, que cae también por el norte de Italia. Aquí, en el techo, enmedio de un chorro de escenas bíblicas nos encontramos, como no puede ser de otro modo, con un simpático Juicio Final.

Presidiendo, como debe ser, Dios Padre. Hay una regla de proporción tamaño/rango por la cual, cuanto más mola alguien, más grande sale (como en los dibujos de los críos). Aquí se cumple, como cualquier persona con ojos útiles puede comprobar. También, en las filas de gente, se sigue el principio de la isocefalia (cómo molan mis palabros, ¿eh?), que quiere decir, como su etimología indica, que todas las cabezas están a la misma altura.

Sale la misma gente de siempre, con una particularidad: el "seno de Abraham" se extiende a los tres patriarcas; es decir, su hijo Isaac y su nieto Jacob, todos con su trapico con gente dentro. El resto, ya han salido en entradas anteriores, así que como me estoy quedando corta, vamos a hablar de cómo reconocer a Jesucristo en las representaciones medievales.

a) Es un señor con barba.

b) Si hay color, va o con un trapo rojo enrollado (por el sufrimiento y demás) o con túnica azul (por ser jefazo del cosmos) con trapo rojo encima. De blanco rollo resucitado también es posible verle. Redorao al gusto.

c) El elemento determinante es el NIMBO CRUCÍFERO, es decir, la cosa que tiene alrededor de la cabeza con una cruz. SIEMPRE que un señor, con barba o no, lleva nimbro crucífero, es Cristo. SIEMPRE. No ha lugar a la protesta. Puede que no todos los cristos tengan nimbro crucífero, pero si lo llevan, es él fijo.

d) Estigmas: agujeros en las manos y en los pies. Ya os lo enseñaré en juicios góticos.

Lo de no llevar barba es porque en el Paleocristiano se difunde un modelo de Cristo Alejandrino en plan jovencillo imberbe con rizos muy monoso él. Después de toda la movida con Abgar de Edesa y retratos supuestos varios en los que cristo sale con barba, se abandona la idea, pero aún te lo puedes encontrar jovencito y lozano en bastantes marfiles.

Inciso: el el registro superior tenemos un muestrario de la jerarquía celestial (tronos, dominaciones, potestades y demás). Otro día ya comentaremos que no todos los rubios con alas son querubines.

Pues con esto y un bizcocho, se recomienda encarecidamente la visita a Firenze. No haber ido se cuenta como razón para no cruzar al otro lado una vez finado: es un asunto pendiente de primer orden, hermanos.

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